Autor: luxetveritas.xyz

  • La Dualidad

    La Dualidad

    “Hay otros mundos, pero están en este” – Paul Éluard.

    En todo lo que nos rodea siempre existen dos extremos que se pueden interpretar como la misma idea pero una en diferente grado que la otra, por ejemplo, en el día día tenemos diferentes concepciones como lo son el frio y el calor, el día y la noche, el sol y la luna, y así, podemos continuar con una larga lista.

    A partir de esta interpretación, se puede tener un primer acercamiento a la estructuración del mundo perceptible desde la razón y la lógica, sin embargo, esta concepción dual es solo un destello que revela la existencia de un plano mucho mas volátil y complejo.

    La dualidad y la existencia de “otros mundos dentro de este” son conceptos clave en muchas tradiciones esotéricas, que sostienen que la realidad no es unívoca, sino que está compuesta por múltiples capas o dimensiones de existencia. La percepción esotérica sugiere que mas allá del mundo físico, existen planos invisibles o sutiles que coexisten con el nuestro, accesibles solo a través de estados elevados de conciencia y prácticas espirituales.

    En este enfoque, el mundo físico es solo una manifestación de realidades más profundas. Los “otros mundos” son esferas que operan en diferentes frecuencias o planos de existencia, con sus propias leyes y seres. Estos mundos no son solo abstracciones, sino realidades tangibles que interactúan con nuestra vida, a menudo de formas que no comprendemos con nuestra percepción ordinaria.

    La dualidad, en este contexto, no es solo la oposición entre opuestos, sino una interacción armoniosa entre diferentes planos de existencia. Fuerzas como el bien y el mal, la luz y la oscuridad, coexisten en un equilibrio cósmico, reflejándose en los diferentes mundos. Cada mundo, o plano, puede estar gobernado por una de estas polaridades, pero todas ellas están conectadas en un flujo constante de energía.

  • Las máscaras de Dios

    Las máscaras de Dios

    La comprensión de los mitos y los símbolos impregnan de significado la existencia, son la solución al mal de la modernidad, el nihilismo.

    Los mitos desempeñan un papel fundamental en la formación y expresión de la psique humana, ya que actúan como relatos simbólicos que explican verdades universales, valores y misterios de la existencia.

    Según Carl Jung, los mitos no son simples narraciones inventadas, sino manifestaciones profundas del inconsciente colectivo, una capa compartida de la mente humana que contiene patrones universales de pensamientos y experiencias.

    A través de los mitos, las culturas han dado forma a sus creencias y han transmitido conocimientos esenciales sobre la vida, el cosmos y la naturaleza humana, conectando generaciones con una visión compartida de su lugar en el mundo.

    En el marco del inconsciente colectivo, los mitos están poblados por arquetipos, que son formas simbólicas primordiales como el héroe, la madre, el sabio o el caos.

    Estos arquetipos son estructuras inherentes de la psique que emergen en todas las culturas y épocas, dándole a los mitos una cualidad universal.

    Por ejemplo, la historia del héroe que enfrenta adversidades para alcanzar un propósito superior aparece en mitologías de todo el mundo, desde los relatos de Gilgamesh hasta las leyendas artúricas. Este patrón refleja la experiencia arquetípica del ser humano en su búsqueda de crecimiento, transformación y sentido.

    La relación entre los mitos, el inconsciente colectivo y los arquetipos radica en su capacidad para conectar a las personas con su propia profundidad psicológica y con algo más grande que ellas mismas. Los mitos proporcionan una vía para comprender conflictos internos, motivaciones y aspiraciones, al mismo tiempo que sirven como puentes entre lo individual y lo colectivo.

    Así, los mitos no solo son narrativas culturales, sino herramientas poderosas para explorar la psique, integrar el conocimiento inconsciente y encontrar orientación en el camino de la vida.

  • El matrimonio del cielo y el infierno

    El matrimonio del cielo y el infierno

    La idea de que este plano de existencia es el matrimonio entre el cielo y el infierno refleja la visión de que la realidad humana está constituida por la fusión de opuestos.

    El autor William Blake explora la idea de manera mas profunda y poética en su libro del mismo titulo “el matrimonio del cielo y el infierno”.

    El cielo representa los aspectos sublimes, espirituales y elevados de la experiencia, mientras que el infierno simboliza los impulsos primitivos, las dificultades y los desafíos de la existencia material.

    En este plano, ambos se integran, creando un espacio en el que la dualidad se manifiesta para el aprendizaje, la evolución y el equilibrio. Esto significa que la vida no es sólo luz o oscuridad, sino una combinación de ambas, necesaria para el desarrollo de la conciencia.

    En este contexto, el cielo y el infierno no son lugares externos, sino estados internos que coexisten dentro de cada ser humano.

    El cielo se experimenta a través del amor, la compasión y la conexión espiritual, mientras que el infierno surge de emociones como el miedo, el odio y el sufrimiento.

    Este plano de existencia es un campo de juego donde ambos estados interactúan, permitiendo al ser humano elegir y trascender. Así, la vida se convierte en una danza dinámica entre lo divino y lo terrenal, donde cada experiencia, positiva o negativa, contribuye al proceso de autorrealización.

    Este matrimonio entre cielo e infierno también sugiere que la plenitud se encuentra en la aceptación y la integración de ambos aspectos.

    La perfección no radica en evitar el sufrimiento o aferrarse únicamente a lo positivo, sino en comprender que ambos son necesarios para el equilibrio y la trascendencia.

    Este plano se convierte, entonces, en un escenario donde el alma humana puede experimentar el contraste, aprender de las dualidades y alcanzar un estado de unidad y comprensión más profundo, transformando los conflictos en oportunidades para el crecimiento espiritual.

    “Solo somos instrumentos, a través de los cuales se expresa el espíritu oculto de la creación”.

  • La vibración del pensamiento

    La vibración del pensamiento

    William Walker Atkinson explora el poder del pensamiento y cómo este influye directamente en nuestra realidad a través de la ley de vibración.

    Según el autor, los pensamientos no son meros procesos internos, sino formas de energía que emiten ondas vibracionales. Estas ondas interactúan con el entorno, atrayendo situaciones, personas y experiencias que vibran en la misma frecuencia.

    Por lo tanto, nuestros pensamientos actúan como imanes que moldean nuestra realidad externa de acuerdo con nuestra vibración interna.

    Atkinson también destaca que la mente tiene distintos niveles de vibración. Los pensamientos positivos, como el amor, la alegría y la confianza, generan frecuencias altas que favorecen el bienestar y el éxito.

    Por otro lado, los pensamientos negativos, como el miedo, la ira o la duda, producen vibraciones bajas que atraen conflictos y limitaciones.

    El control consciente de los pensamientos y emociones permite al individuo elevar su vibración y con ello transformar su realidad. Este proceso implica desarrollar un enfoque mental positivo y mantener la atención en lo que se desea atraer.

    El autor subraya que este principio no solo afecta al individuo, sino que también tiene un impacto colectivo. Las vibraciones de pensamiento pueden influir en otras personas, ya que todos estamos interconectados a través de un campo energético universal.

    Por ello, cultivar pensamientos positivos no solo beneficia al individuo, sino que contribuye al bienestar general. En esencia, “La Vibración del Pensamiento” enseña que somos creadores de nuestra propia realidad a través del poder de nuestra mente, y que el dominio de nuestros pensamientos es la clave para vivir una vida plena y en armonía con el universo.

  • La Psique

    La Psique

    La palabra psique proviene del griego antiguo psyché (ψυχή), que originalmente significaba “aliento” o “soplo de vida”.

    En la cultura griega, el aliento era considerado el principio vital que diferenciaba a los seres vivos de los muertos, y este concepto se fue asociando progresivamente con el alma, entendida como la esencia inmaterial de una persona.

    En la mitología griega, Psique era la personificación del alma humana, representada como una figura femenina que simbolizaba la belleza y la inmortalidad.

    Su historia de amor con Eros refleja la búsqueda espiritual y la transformación del alma hacia estados superiores. A lo largo del tiempo, psique pasó a referirse no solo al alma en un sentido espiritual, sino también a la mente y la conciencia en el ámbito filosófico y psicológico.

    Este vínculo surge de la idea de que el alma/psyche es el núcleo que conecta lo físico con lo trascendental, abarcando tanto los procesos mentales como los aspectos más profundos de la existencia humana.

    En este sentido, el concepto de psique combina lo espiritual y lo psicológico, subrayando que el alma no solo es la esencia de la vida, sino también el origen de los pensamientos, emociones y percepciones.

  • El Observador

    El Observador

    El observador unifica, el observador determina la realidad.

    La teoría del Dr. Jacobo Grinberg se centra en la idea de que la realidad no es un fenómeno externo e independiente, sino que está determinada por la interacción entre la conciencia del observador y un campo energético universal que él denominó la Lattice (red o entramado).

    Según Grinberg, este campo es la esencia primordial del universo, una matriz de energía e información que subyace a todo lo existente.

    La percepción humana, mediada por la mente, actúa como un filtro que organiza esta energía para dar lugar a la experiencia sensorial y cognitiva de la realidad (a través de los 5 sentidos).

    En su teoría, el observador juega un papel clave como unificador, ya que es su conciencia la que da coherencia y estructura al entramado universal.

    Sin el observador, la realidad sería solo un campo potencial de posibilidades, carente de forma o definición.

    La mente humana, a través de procesos como la intención y la atención, se conecta con esta red y selecciona, organiza o “colapsa” ciertas posibilidades del entramado para darles existencia tangible. Esto sugiere que la realidad no es fija, sino maleable y profundamente influida por la conciencia.

    Grinberg también exploró la idea de la interconexión universal, señalando que todas las mentes humanas están vinculadas a través de la Lattice.

    Esto explicaría fenómenos como la telepatía o la percepción extrasensorial, al implicar que las mentes no son entidades aisladas, sino nodos en un entramado mayor.

    En esta visión, el observador no solo unifica su experiencia de la realidad, sino que también participa en la co-creación de un todo colectivo, donde la percepción individual influye y es influida por la percepción universal.

  • El Microcosmos y el Macrocosmos

    El Microcosmos y el Macrocosmos

    En las tradiciones esotéricas, el macrocosmos y el microcosmos representan la relación entre el universo y el ser humano, basada en la idea de que ambos son expresiones de las mismas leyes y principios.

    El macrocosmos es el universo, el todo, que contiene y organiza todas las fuerzas, energías y elementos que componen la existencia. Es percibido como la fuente de la creación, con un orden divino o universal que rige tanto lo visible como lo invisible.

    El microcosmos, en cambio, es el cuerpo humano, considerado una réplica en pequeña escala del macrocosmos.

    Según el principio de correspondencia hermético “como es arriba, es abajo”, todo lo que ocurre en el universo se refleja en el ser humano, tanto a nivel físico como espiritual.

    Los órganos, los sistemas energéticos y las emociones humanas se ven como manifestaciones de fuerzas cósmicas mayores, estableciendo una conexión profunda entre el individuo y el universo.

    Este concepto resalta que el ser humano no es un ente separado, sino una parte integral del todo, donde comprenderse a uno mismo permite comprender el universo, y viceversa. Así, se enfatiza la interrelación entre lo universal y lo individual, mostrando que la armonía en uno contribuye al equilibrio en el otro.

    Fuente: Canal de Youtube, Revelando el Velo.

  • Los 7 principios Hermeticos – El Corpus Hermeticum

    Los 7 principios Hermeticos – El Corpus Hermeticum

    Todo es mente; el universo es mental. Los pensamientos crean la realidad. El mundo físico es solo una decodificación del cerebro limitada por los 5 sentidos.

    “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”. Todo está conectado y refleja patrones similares.

    Nada está inmóvil; todo vibra. La diferencia en la velocidad de vibración es lo que determina la forma.

    Todo tiene su opuesto, y los extremos son diferentes grados de lo mismo.

    Todo fluye y refluye; el movimiento de la vida sigue ciclos naturales.

    Toda acción tiene una reacción; nada sucede por azar.

    Todo tiene principios masculino y femenino, necesarios para la creación y el equilibrio.