El cerebro humano posee dos partes fundamentales que determinan su comportamiento y la forma como actua y percibe la realidad; El cerebro reptil, que es el responsable de las funciones más básicas y primitivas relacionadas con la supervivencia, las respuestas instintivas y los comportamientos automáticos.
Y por otra parte, el neocortex, que se encarga de las funciones sensoriales, el control motor, el lenguaje, la razón, la memoria y la consciencia, entre muchas otras funciones vitales.

Bajo un contexto esotérico y simbólico, la existencia de estos dos cerebros se ha interpretado a lo largo de la historia como la guerra celestial interna, que se da en medio del drama humano.

El cerebro reptil representa el “yo primitivo”, asociado con el impulso y las necesidades biologicas, mientras que el neocortex simboliza la razón, el control y la moralidad.
Esta dualidad plantea preguntas profundas sobre la naturaleza humana, el libre albedrío y el equilibrio necesario entre emoción y lógica para una vida plena.
Algunas otras concepciones de esta dualidad mencionada se expresan como:
- Razón vs Emoción
- El bien vs el mal
- Consciencia vs Inconsciencia
- Luz vs Oscuridad
- Espíritu vs energías
El ser humano que es capaz de dirigir sus emociones, observar sus pensamientos y sublimar sus deseos primitivos logra llegar a un estado de consciencia absoluta, mientras que aquel que cede a sus instintos primitivos termina por caer en un abismo de placeres banales y vacio existencial.